En un entorno donde Dirección General y Finanzas exigen evidencias antes de aprobar presupuestos, los programas de bienestar corporativo ya no pueden presentarse como simples “acciones bonitas”. Hoy, Recursos Humanos necesita hablar el mismo idioma que Finanzas: datos duros, métricas y resultados.
El concepto clave es el ROI (Retorno sobre la Inversión), una herramienta que traduce bienestar en productividad, permanencia de talento y ahorros tangibles.
La fórmula es universal en finanzas y aplica también al wellness:
ROI = (Beneficio neto ÷ Inversión total) × 100
Ejemplo: si tu programa ayudó a ahorrar $380,000 en rotación y ausentismo, con una inversión de $100,000, tu ROI sería del 380 %.
Y no es un caso aislado. Un análisis independiente de IBIS confirma que los programas de bienestar generan en promedio un retorno de $3.80 USD por cada $1 invertido. En otras palabras: el wellness no solo se percibe, se mide.
Aquí es donde Finanzas y Dirección General prestan atención. Algunos indicadores clave:
Medir el ROI en wellness ya no es opcional, es el lenguaje de negocio que Finanzas entiende y valora. La buena noticia: puedes empezar a hacerlo incluso antes de lanzar tu programa, proyectando escenarios de retorno con base en benchmarks e indicadores internos.
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👉 Medir el ROI de tu programa wellness puede ser el primer paso para transformar la conversación en tu empresa: de costo a inversión estratégica.