En un contexto donde cada peso debe generar valor, un programa wellness bien diseñado no solo cuida al equipo: también impacta la productividad, reduce el ausentismo y fortalece la cultura.
Partidas clave que puedes incluir tu presupuesto
- Consultoría y diseño estratégico: Incluye diagnóstico de salud organizacional, entrevistas, encuestas y estructura del plan. Esta fase es esencial para evitar esfuerzos sueltos sin impacto.
- Servicios presenciales: Masajes en oficina, pausas activas, clases de actividad física, activaciones in situ. Estos servicios conectan emocionalmente con el colaborador y ayudan en el día a día.
- Plataforma digital wellness: Seguimiento de hábitos, y dashboards de participación de forma digial para ti y los colaboradores.
- Comunicación interna y branding del programa: Kit de materiales, correos internos, activaciones visuales. Sin comunicación, no hay adopción.
Metodología escalable: comienza pequeño, demuestra impacto
En lugar de desplegar todo de golpe, presenta una estrategia por fases:
- Fase 1 (Piloto controlado): 10–20 % de tu población para validar aceptación y logística.
- Fase 2 (Prueba de concepto): Expansión al 50 %, midiendo estrés, participación y percepción.
- Fase 3 (Despliegue completo): Solo cuando haya evidencia interna clara. Esto reduce riesgos y aumenta la probabilidad de aprobación.
Cómo construir un business case convincente
RH necesita hablar en el lenguaje de Dirección:
- Ahorros concretos: Presenta cómo puedes reducir el ausentismo, rotación y licencias médicas.
- Datos externos: Un estudio de IBIS señala que programas bien ejecutados pueden aumentar la productividad en hasta 11 %.
- Narrativa estratégica: Enfatiza impacto en cultura, marca empleadora y clima laboral.
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Tip: Usa comparativas antes/después o benchmarks de empresas similares.
Negociación y escalabilidad
- Considera contratos híbridos (presencial + digital) para mayor cobertura.
- Evalúa descuentos por volumen, multianuales o paquetes por sucursal.
- Añade cláusulas de desempeño que refuercen compromiso y seguimiento.
Un buen programa wellness no se vende por precio, se justifica por impacto.
Si construyes tu presupuesto con visión estratégica y evidencia real, tu propuesta no solo será aprobada: será respaldada por Dirección General.
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