En los programas de wellness corporativo, incluir entrenamientos de fuerza como el levantamiento de pesas puede ser una excelente estrategia para mejorar la salud física de los colaboradores. Estos ejercicios no solo contribuyen a quemar calorías y tonificar músculos, sino que también fortalecen los huesos, ayudando a prevenir problemas de salud a largo plazo.
Sin embargo, es común que algunos colaboradores teman sufrir lesiones en el cuello o la espalda al usar pesas. Por ello, es fundamental recalcar que no son las pesas las que ocasionan lesiones, sino una mala postura durante su uso.
Para asegurar que las sesiones de entrenamiento en tu organización sean seguras y efectivas, aquí tienes algunos tips clave para evitar errores comunes:
Asegúrate de que los colaboradores mantengan una ligera curva en el cuello, con las orejas alineadas con los hombros. La espalda debe estar recta, con la cabeza ligeramente hacia adelante para mantener las vértebras en posición adecuada.
Indica a los participantes que eleven el pecho y bajen ligeramente la barbilla. Esto optimiza la alineación del cuerpo y reduce la presión en la columna vertebral.
Mantener los omóplatos apretados durante los movimientos ayuda a aliviar la presión en el cuello y la espalda.
Al realizar levantamientos desde el suelo, flexionar las rodillas es clave para evitar lesiones. Además, los participantes deben distribuir el peso en músculos como las piernas, los brazos y el abdomen, sin sobrecargar las rodillas o la columna vertebral.
Para trabajar el pecho y los tríceps, elige superficies que soporten adecuadamente la parte superior de la espalda y eviten sobrecargas.
Durante los ejercicios abdominales, es crucial que los participantes eviten empujar su cabeza hacia adelante. En su lugar, deben mantener el mentón cerca del pecho para proteger el cuello y las vértebras.
Incorporar entrenamientos de fuerza en el wellness corporativo no solo mejora la condición física de los colaboradores, sino que también reduce riesgos de lesiones cuando se ejecutan de forma adecuada. Estas prácticas son fundamentales para fomentar un entorno laboral saludable y productivo.